Las interacciones entre galaxias no son fenómenos raros, y de hecho nuestra Vía Láctea acabará colisionando con la galaxia de Andrómeda dentro de unos 4500 millones de años. Se trata de un proceso en el que las fuertes mareas gravitatorias provocan distorsiones en la estructura de las galaxias, el colapso en grandes zonas de nubes de gas y polvo y el nacimiento de muchas estrellas masivas. Además, si tiene lugar un aporte importante de materia en las cercanías del núcleo galáctico, se puede formar un disco de acrecimiento alrededor del agujero negro central y la emisión de grandes cantidades de energía conforme se produce su caída, dando lugar a lo que se conoce como un núcleo activo galáctico (AGN). A continuación se muestran algunos ejemplos (imágenes procesadas a partir de los datos del Sloan Digital Sky Survey).
Las gemelas siamesas
En el rico campo galáctico de la constelación de Virgo encontramos esta peculiar pareja que se encuentra en proceso de fusión. Son dos galaxias espirales que no presentan deformaciones ni colas de marea, lo que indica que podrían estar sufriendo su primer acercamiento. La zona de contacto, donde destaca una banda oscura de polvo, presenta una elevada tasa de formación estelar. Su distancia está estimada en unos 60 millones de años luz. Tienen una magnitud aparente de entre 11 y 12, por lo que son identificables con telescopios de aficionado, mostrándose como una nebulosidad con forma de corazón (o mariposa) y brillo más o menos homogéneo y definido.
NGC 3226 y NGC 3227
En la constelación de Leo, y a unos 77 millones de años luz, se encuentra esta pareja formada por una galaxia espiral (NGC 3227, arriba en la fotografía) y una elíptica enana (NGC 3226) que se encuentran en proceso de colisión. Tanto NGC 3227 como NGC 3226 son fuentes de radio y rayos X, y concretamente NGC 3227 ha sido caracterizada como una galaxia de tipo Seyfert.
Los ojos de Markarian
Estas dos galaxias, con nombre de catálogo NGC 4435 y NGC 4438, se encuentran a unos 50 millones de años luz de nosotros en el cúmulo de Virgo, el más cercano a nuestro sistema. Tienen una magnitud aparente de 11.8 y 10 y por tanto son fácilmente observables con telescopios de aficionado en el rico campo que rodea a las elípticas gigantes M84 y M86. Su aspecto y proximidad en el cielo dan lugar al nombre con el que se las conoce, «los ojos», con referencia al astrofísico armenio que estudió las galaxias del cúmulo de Virgo, Beniamin Markarian, y que dedujo que un grupo de ellas tenían un movimiento común (hoy denominado «cadena de Markarian»). NGC 4435 muestra en fotografía un aspecto más o menos claro que lleva a clasificarla como una galaxia lenticular barrada. Sin embargo no ocurre lo mismo con NGC 4438, que aunque presenta un núcleo lenticular la compleja estructura de sus brazos y bandas oscuras ofrece diversas interpretaciones, desde una lenticular a una espiral e incluso dos galaxias en proceso de fusión.
En principio se han considerado estas dos galaxias en proceso de interacción, hipótesis sustentada tanto por la joven población estelar de NGC 4435, que apuntaría a una profunda interacción con su vecina hace unos 100 millones de años, como por la forma de los brazos de NCG 4438, evidencia de fuertes distorsiones gravitatorias. Sin embargo la espectroscopía arroja diferentes cifras de desplazamiento al rojo para cada galaxia, lo que implicaría que su cercanía en el cielo podría ser aparente. De este modo se plantean otras explicaciones para las peculiaridades de NGC 4438, como que estaríamos ante dos galaxias en proceso de fusión o que ha sido deformada por la fuerte influencia gravitatoria de la gigante M87.
Galaxias de los ratones
Las galaxias de los ratones están recogidas bajo el número de catálogo NGC 4676, y son dos galaxias en proceso de fusión con largos brazos originados por las fuerzas de marea. Se estima que comenzaron su danza hace 160 millones de años y que ya han tenido su primer encuentro. Seguirán deformándose y atravesándose mutuamente varias veces hasta acabar formando una única galaxia elíptica dentro de 1000 millones de años. Están situadas a 300 millones de años luz en la constelación de Coma Berenices.
Arp 240
Estas dos galaxias espirales muestran el efecto de las interacciones gravitatorias del primer encuentro con el que se inicia el proceso de fusión. Están a 345 millones de años luz en Virgo.
Arp 299
Dos galaxias (NGC 3690 e IC 694) en pleno proceso de colisión, situadas a 134 millones de años luz en la Osa Mayor. Presentan una zona de intenso brote estelar donde han sido detectadas seis supernovas desde 1990.






