La lluvia de estrellas de las Gemínidas tiene lugar entre el 2 y el 20 de diciembre, con su máxima actividad la noche del 13 al 14. Con buenas condiciones de observación (sin la luna sobre el horizonte y lejos de fuentes de contaminación lumínica) se pueden llegar a ver hasta 150 meteoros por hora, que suelen ser de velocidad moderada y brillantes. Aunque sea menos conocida que las Perseidas, es una de las mejores lluvias de estrellas del año. El radiante se encuentra en la constelación de Géminis, cerca de la estrella Cástor.

La corriente meteórica de las Gemínidas tiene su origen en un objeto peculiar llamado 3200 Faetón. No es un cometa, sino un misterioso cuerpo perteneciente a los asteroides tipo Apolo, cuya órbita puede cruzar la de la Tierra y pasar a poca distancia. Fue descubierto en 1989 por el satélite IRAS mientras estaba haciendo otras investigaciones en infrarrojo, y el estudio de su órbita llevó a relacionarlo con la corriente de partículas que originan las Gemínidas. En los cometas la cercanía al Sol hace que se sublime el hielo de su núcleo y que los gases arrastren materiales sólidos al ser expulsados (que son los responsables de lo que vemos aquí como lluvias de estrellas). Pero en un asteroide es algo extraño. Faetón tiene otra peculiaridad: su recorrido es muy excéntrico y cada 1.4 años puede adentrarse más allá de la órbita de Mercurio, muy cerca del Sol (a lo que debe su nombre mitológico). En el año 2009 la nave espacial STEREO-A captó el momento en el cual Faetón se aproximó al Sol y descubrió con sus instrumentos que el asteroide duplicaba su brillo, probablemente porque estaba arrojando chorros de polvo. Así, la explicación más probable es que cuando este cuerpo se aproxima tanto al Sol el calor fractura la superficie y se descomponen minerales hidratados, produciéndose una eyección de gases que arrastran partículas de polvo. Esto ofrece indicios de que Faetón comparte alguna característica con los cometas, e incluso existe la hipótesis de que fue un cometa en el pasado.
